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El señor Adam Freeman está sentado en el sofá en la sala de su casa, sin más que hacer que ver la televisión, su hija lo ve y le intuye que vea el nuevo vestido que compro y espera una opinión positiva acerca de cómo le luce. Él le da su opinión diciendo que se ve preciosa, esto él lo estimaba ya que su hija tenía un cuerpo fenomenal, buenas tetas y un culo hermoso. Para llamar más la atención de su padre, ella sube la falda de su vestido rosado, quedo sorprendido pero degustaba de sus tonificadas nalgas y de su ropa interior tan ingenua. Candy se desvistió quedando solo en bragas, su padre sudaba frio, estaba encantado por el abdomen plano y las curvas de su pequeña y querida hija. Su vos temblaba pero se controlaba para dar tono de autoridad, sabía que estaba mal lo que iban a hacer, Candy le pedida a Adam que no la rechazara, estaba esperando desde hace demasiado tiempo una situación íntima con su padre o por lo menos un beso apasionado. Su madre los encuentra en esta situación, Amy estaba muy furiosa pero al cabo de unos minutos estos tres follan exquisitamente. Esta madre dándole una lección a su golosa e imprudente hija.