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Las locuras de la familia Caipira son de película, siempre salen con una ocurrencia como la de esta historia. La mami siempre se encuentra muy ocupada en las faenas del hogar y la granja. La bella señora sale a llevar el maíz para los pollos, siente muchas ganas de mear, busca donde hacerlo. Llega hasta un arroyo, se baja las pantaletas, observa que su coño parece una montaña llena de pelos. Se siente sucia y descuidada, al llegar a la casa decide buscar las tijera para rasuran esa montaña, le pregunta al hijo donde había colocado las tijeras, el chico sale a buscarla después que la madre le mostrara la concha peluda, le sugiere a la madre que se depile como lo hace su novia Raimunda, con cera caliente. El chico con ganas de comerle el bollo a la madre aprovecha la ocasión para meterle la punta de la polla. La madre lo deje que goce un rato con tal que le rasure bien todos los pelos. A la madre se le ocurre hacer el sesenta y nueve par que le colocara la cera. La buena madre emocionada chupando la polla siente que se corre, entre gritos y gemidos el bobo longo retira de un solo tirón la cera dejándole el coño completamente sin pelos.