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Este pobre perro tiene unas ganas de follar que no se puede contener, así que se masturba para poder calmar las ganas que tiene, de repente su querida dueña sale del baño con una toalla muy corta, se coloca a buscar sus zapatos debajo de la cama y se le puede ver sus dos hermosos hoyos, el perro al ver eso hizo que su polla se le colocara al máximo, así que no lo pensó dos veces para metérsela toda por la vagina, la pobre chica no podía parar de gemir como si fuera una colegiala, su coño no paraba de lubricar bien rico, aun que ya sabe que es su perro no le interesa para nada, solo quiere que se la siga metiendo sin compasión alguna, la ha hecho correrse más de dos veces en media hora, pero ahora es el turno de que su perro le eyacule dentro, la dejo tan rellena que la leche le bajaba por las piernas, después de que la dejara casi que inconsciente por la follada que le dio, la chica lo amarra a su cama con unas esposas, ahora llamara a sus amigas para que también se las folle de esa misma manera.