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Francine ha dejado que su hija Steve le meta la verga bien rico, ya que es el hombre que la tiene más grande en todo el mundo, después de un buen rato de estar en cuatro su coño lo tiene demasiado rojito, pero Steve quiere penetrarla por el ano bien rico, ya que nunca lo ha hecho por ese hoyo, su madre como lo quiere mucho le dice que si, se la mete muy suave para que no le duela, pero después de tener más de la mitad dentro de su ano, le pide que se lo haga sin compasión alguna, no podía parar de gemir como si fuera una perra, aun así no quiere que se la saque por nada en el mundo, es como si le diera en todo su punto G, Steve le da en el clítoris para hacer que se corra aun mejor, le ha dejado ese hoyo todo cubierto de mucho semen, al siguiente día lo vuelve a buscar para que se la folle, ya que su padre ni siquiera la toca para calentarla, le ha dejado todo los hoyos cubiertos de mucho semen, Francine se siente la madre más afortunada de todo el mundo.