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Un hombre  tiene dos impulsos de su personalidad una semilla del mal o demonio y una del bien o ángel, las dos luchan para poder dominar en la mente del chico, la eterna lucha entre el bien y el mal expresada en dos pequeñas criaturas, aquel individuo quiere comer un pastel pero su semilla buena se lo impide para que cumpla la dieta y la parte demoníaca lo impulsa a deleitar el pastel, apenas ve a una bella chica comienza lucha, la promiscuidad, estando con dos chicas una rubia  como el sol y una morena lo tienen enloquecido, salen las dos de su propia personalidad, de su mente sexual para follárselo la bella rubia le saca su pene erecto para propinarle una mamada propia de un angelito, y la demonia morena mostrándole su papo hermoso, estas chicas se lamen la vagina en un acto lésbico hermoso difícil de explicar, el hombre se dispone a penetrar a la angelita con mucha dulzura, en ese instante la diabla utiliza la magia negra para hacerle crecer su polla haciendo más existente el acto al punto que el ángel se desmalla quedando solo para la demonia que con su gigante miembro la pone en cuatro para penetrarla asta lo mas profundo.