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En el pueblo había un rumor que la gárgola del castillo se convertía en carne y hueso, dejaba de ser de piedra y atacaba a cualquier pueblerino que estuviera rodeando después de las seis de la tarde, por eso todos ellos se iban a dormir antes de esa hora, muy pocos habían logrado verla y salir de sus garras. Según los rumores era una vampira que chupaba la sangre de indefensos hombres, como era una mujer alada y tenía unas garras muy filosas le era fácil atrapar a su víctima, después de hacerlos sufrir y tener sexo con ella, para robarles su juventud, los mataba. Un campesino no se había fijado en la hora, estaba aun trabajando recogiendo paja, ya este demonio había cobrado vida y se había dado cuenta que una nueva víctima estaba tranquilamente por ahí. Lo observo por un rato hasta que hizo un espeluznante sonido para llamar la atención de este chico, a él le llamo la atención ese estruendo y su curiosidad le ganaba, subió las escaleras del tétrico castillo donde ella vivía, fue atrapado por la larga cola de este vampiro, lo llevo a las alturas y las grandes tetas de este demonio, lo colocaron cachondo, cogieron toda la noche hasta que la luz del día la volvió piedra.